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Evaluando escenas con Lucía Puenzo, asesora del proyecto.

VOCES NECESARIAS: LA ASESORÍA DEL GUION

Publicado: 2012-01-15

El 2011 tuve la inesperada fortuna de participar en la Competencia Oficial del Festival de Berlín con un cortometraje llamado La Calma. Una semana después de terminar la Berlinale recibí el mejor consejo de aquel año: “No te quedes viviendo de tu corto: empieza a trabajar en tu siguiente proyecto ahora mismo. Aprovecha la ola”.

Hice caso. Una semana después, el primer boceto de proyecto de El Agua Inmóvil estaba escrito. Suficiente material para enviarlo a la primera convocatoria importante que se había abierto en ese momento: el Curso de Desarrollo de Proyectos Cinematográficos que cada año organiza Casa de América, la Fundación Carolina, IBERMEDIA, EGEDA y el ICAA, en Madrid.

Me gustaba la idea de esa beca. Por ahí han pasado proyectos que lograron un muy alto reconocimiento tras su aparición: Octubre (Daniel Vega), Madeinusa (Claudia Llosa) y Contracorriente (Javier Fuentes), por mencionar solamente a proyectos peruanos, pues la beca es iberoamericana.

Así pues, El Agua Inmóvil fue enviado al concurso y, felizmente, la beca nos fue concedida.

Felizmente, de verdad, porque para un proyecto en etapa de escritura no hay nada mejor que encontrar personas que puedan leer tu guion, analizarlo, aburrirse con él y decirte tus cuatro verdades en la cara. Y si son personas de alto nivel, como los asesores de la beca, cien veces mejor.

Para que se entienda lo importante que resulta este encuentro, voy a relatar en pocas líneas un drama de la vida real:

Un Autor se dedicó meses enteros a escribir el guion de su primera película. Pocas fueron las personas que pudieron leerlo entonces, seres queridos de muchísima confianza que, tras la lectura, comentaban al Autor que la historia estaba bastante bien, que iba a ser una película exitosa, que no había nada que reprochar. El Autor celebraba con cada dictamen.

Tres años después de escribirla (sí, tres), la película estaba lista. El Autor organizó un pase especial para amigos y también para algunos críticos del medio local. Su intención era recibir opiniones (feedback) sobre la obra. Para ello, preparó una deliciosa cena, con el fin de crear un ambiente de confianza.

“Felicitaciones”, exclamaron todos. “Qué buena tu película, sí, bien, bien, te felicito, bien”. Sonrisas, palmadas al hombro, miradas cómplices.

Cuando la película se estrenó,  fue un fracaso en público y en la crítica. Todos comentaban que el guion era flojo, malo, un cliché sin originalidad ni fuerza, televisión hecho cine, más de lo mismo. El Autor se deprimió y desde entonces no ha hecho otra película. Fin.

Debido a una ¿ingenua o retorcida? cortesía social, son pocas las personas propensas a hablarte con franqueza sobre el guion, sin falsos halagos, sin silencios de compadres, sin palabras educadas, sin hipocresía.

En realidad, son pocas las personas que pueden hablarte con franqueza sobre algo, lo que sea, y más sobre algo que hayas hecho tú. Y de esas pocas personas, un alto porcentaje suele comunicarse con la delicadeza de un elefante.

Qué difícil situación. Aparentemente, uno tiene todas las de perder: o te aplauden cortésmente y no sirve de nada, o te critican sin piedad y tus inseguridades se multiplican por mil.

Aún así, es imprescindible el diálogo continuo y la crítica inteligente en esta etapa de ciertos proyectos. Sobre todo en un medio donde no hay una industria profesional y donde uno se acerca al quehacer cinematográfico bajo una extraña percepción del “cine de autor”, donde tu guion es sagrado y lo mantienes bajo siete llaves, como el secreto mejor guardado del cine de tu país, según tú.

Y no es así. Casi nunca es así. Resultaba que tu guión tenía algunas buenas ideas y otras no tanto. De hecho, era un guion repetitivo, disperso y/o nada interesante. Encima, mal escrito... Nada como una voz autorizada para señalar los peligros que enfrentarás si decides rodar tu película con un guion semejante.

Esas voces autorizadas fue lo que encontré en el Curso de Desarrollo de Proyectos Cinematográficos. Las asesoras de El Agua Inmóvil fueron Lucía Puenzo y Alicia Luna. La mirada y sensibilidad de cada una (primero Lucía, luego Alicia) han hecho que este proyecto crezca muchísimo. Si algo bueno quedará al final en la pantalla, seguramente ellas han tenido que ver.

Recuerdo que una noche en Bagua, cuando iniciaba la investigación para la película, me encontré con el DVD pirata de una película peruana que justo estrenaban en la capital: El Último Guerrero Chanka. La vi de madrugada y hasta ahora recuerdo varias escenas. No dejo de pensar en lo que podría haber cambiado esa película si su guion hubiera pasado por ciertas asesorías, por ciertas revisiones hechas con buen ánimo.

Un guión siempre se puede mejorar. Una vez escrito, creo en la importancia de encontrar a las personas adecuadas que puedan echar una mirada sobre él y cuestionarlo. Para bien. Sin ánimos destructivos. La mejor crítica es la que suma. Y los proyectos siempre necesitarán sumar.

La única página que no cambiará.

Gran beca la de Casa de América/Fundación Carolina. Es un lujo tener como asesores a guionistas como Lucía o Alicia, o como Fernando Castets, Paz Alicia Garciadiego y Ray Loriga (asesores de otros guiones el 2011). Cualquiera que venga trabajando en un guión en estos momentos, debe marcar la convocatoria del 2012 (el deadline es en pocas semanas). Este es el link:

http://www.casamerica.es/convocatorias/curso-de-desarrollo-de-proyectos-cinematograficos-iberoamericanos-2012

Claro que, finalmente, no importan los asesores que tengas: tú sigues siendo la persona a cargo.

Ellos te darán sus consejos, pero siempre dependerá de tu criterio si los tomas o no.

F.V.R.


Escrito por

elaguainmovil

Largometraje peruano. En Pre-producción.


Publicado en

El agua inmóvil

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